WhatsApp ha probado ser una herramienta ideal para lograr el apoyo político y
para eso hacer circular noticias falsas.
Por David Nemer *
El triunfo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se debe en gran medida a WhatsApp.
Si la votación por el Brexit y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca recibieron el
impulso de Facebook, el triunfo del próximo presidente de Brasil se debe en gran medida a
WhatsApp.
La aplicación de mensajería de Facebook es muy popular en Brasil, donde cuenta con
cerca de 120 millones de usuarios activos, y ha demostrado ser la herramienta perfecta
para activar el apoyo político, pero también para hacer circular noticias falsas.
Para comprender las motivaciones, esperanzas y temores de los millones de votantes de
Bolsonaro, me sumé a cuatro grupos de WhatsApp que apoyaban abiertamente su
candidatura. Tras cuatro meses, y con 1000 mensajes diarios por grupo, esto es lo que
econtré:
Hay tres tipos de miembros en estos grupos, que clasifico como brasileño común,
bolsominions e influencers.
Brasileños comunes
La gran mayoría de los miembros son de este grupo: hombres y mujeres de todas las clases
sociales que utilizan estos grupos para compartir sus experiencias cotidianas, experiencias
que invocan para justificar su voto a favor de Bolsonaro.
Estos miembros no confían en los medios tradicionales, y consideran que los grupos de
WhatsApp son espacios seguros en los que es posible aprender más sobre Bolsonaro,
verificar rumores o noticias, y encontrar memes y otros contenidos para compartir.
Los grupos funcionan como caja de resonancia: cada vez que un participante postea el
resultado de una encuesta o alguna noticia, el resto lo festeja con el emoticon de la bandera
brasileña o el de un revólver, en referencia a la promesa de Bolsonaro de relajar el control
de sobre las armas y permitir que los policías disparen impunemente a los sospechosos.
Bolsominions
El “ejército” de leales voluntarios de Bolsonaro administra los grupos de WhatsApp y está
muy atento a descubrir infiltrados, e incluso a todo aquel que discuta con el líder o lo
cuestione.
Es pobre el debate en torno al manifiesto electoral de Bolsonaro, pero los usuarios suelen
ser expulsados o cuestionados por cometer infracciones triviales, como preguntar por qué
Bolsonaro se niega a participar en debates televisivos.
Cada vez que los usuarios “promedio” intentan preguntar, se ven bombardeados por
apasionados mensajes por parte de los bolsominions, que suelen justificar sus afirmaciones
y argumentos en noticias falsas. Los más enardecidos defensores de Bolsonaro conforman
una infraestructura humana que activamente hace circular gran cantidad de historias y
noticias falsas en las redes sociales.
Influencers
Este grupo tiene un rol decisivo en la creación de noticias falsas. Si bien solo representan
el 5% del grupo, y no son los más activos participantes, trabajan para crear y poner en
circulación estas noticias, y son los encargados de coordinar las protestas online y en el
mundo real.
Utilizan imágenes sofisticadas y realizan complejos trabajos de edición de videos para crear
contenidos digitales convincentes y emotivos. Son astutos y saben cómo manipular
contenidos y armar memes y textos breves que se viralizan fácilmente.
Son veloces para desestimar a cualquier noticia o persona que cuestione a Bolsonaro. Por
ejemplo, luego de que la líder de la derecha francesa, Marina Le Pen, dijera que algunos
dichos de Bolsonaro eran “extremadamente desagradables”, los influencers rápidamente
publicaron un meme acusándola de comunista.
Algunas de estas historias falsas son sorprendentes. Un grupo de influencers creó un flyer
en el que sostenían que Fernando Haddad planeaba un decreto que permitiría que los
hombres tuvieran relaciones sexuales con chicas y chicos de 12 años de edad.
Durante la primera vuelta electoral, hicieron circular reiteradamente videos falsos que
mostraban el mal funcionamiento de las máquinas de votación, para mostrar que las
elecciones estaban arregladas.
Los influencers también recorren Facebook y YouTube en busca de publicaciones que
objeten a Bolsonaro, para dar a conocer el perfil de quien las haya posteado, y dejar que la
“bolso-manada” caiga sobre el/la responsable.
Estos tres grupos tienen roles diferenciados, pero tienen mucho en común: comparten una
absoluta falta de fe en la democracia representativa brasileña, y acuerdan en que el sistema
sólo sirve a los poderosos.
A pesar de que apoyan la intervención militar, no buscan una nueva dictadura. Sostienen,
en cambio, que Brasil necesita alguien capaz de terminar con la corrupción que benefició a
los políticos de ambos lados (izquierda y derecha) y dejó devastada a la economía del país.
Esta crisis podría ser un pedido de ayuda, pero Bolsonaro dista de ser el héroe con el que
sueñan.
A pesar de que el Wall Street Journal lo describió esta semana como “ el escurridor de la
inundación brasileña” (brazilian swamp drainer), él es parte del establishment: un político
profesional que sólo ha aprobado dos propuestas legislativas en sus 27 años de
congresista.
No queda claro qué papel jugarán estos grupos de WhatsApp después de la elección, si
Bolsonaro gana en la segunda vuelta del domingo.
¿Funcionarán como máquinas de propaganda en su eventual gobierno? ¿Se convertirán en
la fuente principal de noticias para sus seguidores? Un pedido a WhatsApp para que intente
alguna solución tecnológica que detenga esta epidemia de noticias nuevas, no sería la
solución ya que podría atentar contra la libertad de expresión.
La solución no puede buscarse en la tecnología, si no en la voz y la acción de aquellos que
aún confían en Brasil. Para poder avanzar, es necesario que entendamos la profundidad de
la desesperación que Bolsonaro y sus seguidores han sabido comprender, y a la cual le han
dado voz y espacio en los grupos de WhatsApp.
* David Nemer es docente en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad de
Kentucky, y autor de Favela digital: el otro lado de la tecnología. Publicada originalmente en The Guardian el 25/10/2018 Traducción de Paula García y Mariana Szretter Noste para uso exclusivo de los alumnos de ALMMC A
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